Quien dijo que todo era para siempre mentía, pues he visto por el tiempo por esos momentos casi olvidados, que todo termina. Quien dijo que las miradas son eternas mentía, pues he sentido como el calor de los ojos cambia como los brillos desvían su dirección, como a veces ya ni te miran. Quien dijo que la pasión no acababa mentía, pues reconozco el cambio de pasión el compartir de instantes impredecibles, como siempre es más fácil vivir una nueva aventura.
Pase adelante, equivocarse es una opción y levantarse LA opción, que aquí la libertad que tenemos es la de aprender a vivir.