Lo más fácil es darse la vuelta. No es mi culpa, no lo hice, no pude hacerlo, no sé. Repítase eso muchas veces más. Lo más esperable es darse la vuelta. Tenía que irme, tenía que liberarme, tenía que seguir. Repítase eso muchas veces más. Lo más... es darse la vuelta. Porque estar de frente era lo menos. Estar de frente era olvidarse de mucho y no pensar. Estar de frente simplemente era pensar mucho y no hacer nada. Lo más fácil es darse la vuelta. Lo difícil es saber que en la espalda no hay ojos, estar de espaldar es ya no estar.
Pase adelante, equivocarse es una opción y levantarse LA opción, que aquí la libertad que tenemos es la de aprender a vivir.