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Mostrando entradas de febrero, 2012

La puerta del miedo

** Un día ** Suéltame un segundo que el miedo te carcome y yo tengo aberración al miedo irracional. - Ahora sí, habla. Mientras te escucho miro esos labios, los ojos que no se deciden a ser predecibles, tus manos que quiero tomar o los brazos donde me he ubicado tan pocas veces pero me sentí cómoda. Cosas que me gustan de vos, aún quiero conocerte. Me dices: - Ay, sos un caso - Te entiendo, pero... - Sí, eso pasa. Te vas y sé que muchas cosas hacen que esa puerta se cierre. No se si es el temor a que soy yo, a quienes somos o lo que llegaría a pasar. ** Días después ** Esa encrucijada que nace entre el respeto al espacio y las ganas de hablarte me hacen abrir y cerrar el chat, escribir y borrar mensajes que tienen tu nombre en el destinatario. Apareces. - Hola - ¿Cómo estás? - Bien Hay tanto que decir que el impulso no es el suficiente. Acaba la conversación sin más sonidos de aviso sobre un "nuevo mensaje". ** Algunas semana después **

Hay días de días... días antes de los 23

A los 23 años mi madre se estaba casando, Fabis venía en camino, para esta edad algunas de mis compañeras del cole están más que casadas o tienen un trabajo estable y muchas de mis amigas conocen la mitad del mundo. Normalmente esto significaría que según mi contexto ya estoy tan grande que debería estar lista para muchas cosas y que mis zapatos necesitan más tacones de aguja, pero temo decirles que estoy muy lejos de sentirme grande, no lo logro. Sí, mi tiempo está cada vez más ocupado, hablo y regaño como grande, y tengo mil responsabilidades, aún así no soy del todo mayor. Camino hacia mi casa y las montañas me parecen encantadoras, me gustan las sorpresas, juego en las aceras, me gusta andar en tenis o short, soy algo caprichosa y me encanta la idea de los mimos. Peleo como si tuviese 5 y olvido las mismas como si fuese de 3 años, me atrapan los dibujos animados y aún suspiro viendo la Bella y la Bestia . Molesto a mis hermanas, hago pucheros y juego a las miradas. Como gomitas