Date la vuelta, déjame cerrar los ojos déjame saber si siento o ya dejé de hacerlo, necesito saber si vale la pena este esfuerzo. No puedo verte a la cara y decirte que ya no siento un nudo en la garganta atropella mis deseos, no sé de que se trata, es la extraña sensación y el conocido sentimiento de un corazón en blanco. Cuando los besos dejan de tener sabor y las conversaciones ya no tiene contenido, uno sabe que es el momento de partir, a un lugar donde es más fácil entender. Es nuestra culpa, por decirle amor a la pasión y a la emoción, es culpa de nuestra insistencia por creer que es posible aferrarse a las irrealidades sociales. Las ilusiones comienzan a ser menores cuando los sueños no se construyen, en el momento en que la suerte deja de ser jugada y las ganas, son solo ganas de uno. No me culpes, culpa al tiempo, al reloj, a sus manecillas a las diferencias entre ambos o a las terceras personas. No te culpes, ni a
Pase adelante, equivocarse es una opción y levantarse LA opción, que aquí la libertad que tenemos es la de aprender a vivir.