Pensaba en decir todo lo que el odio pudiese aguantar pero no me luce eso de gritar ni de maldecir el tiempo. Los temas acabaron, tanto que los reclamos cesaban y fuera de lo pensado mis ojos si brillaban en otra dirección. Te debo escribir para decir adiós por el particular rito de despedir de evitar un nuevo encuentro y no tener que quedar por un café. Ahorrémonos hoy esos protocolos ambos sabemos que no hay más que decir, de por sí, nunca hemos sido de dinámicas sociales y conocer algo más es un gasto para los dos. Se agotó el tiempo, las ganas no llegaban ya las formas de reír eran forzadas, perdón, me acostumbré a lo insuficiente de sus aportes, yo me dabas nada. Pero me quedaba, ahora menos cercana con la esperanza de que en los últimos días hiciese mi acto benéfico al rescatar de usted lo que una vez lo hizo revivir. Le debo escribir para decir adiós por el particular rito de despedir de evitar un nuevo encuentro y no tener que quedar por un café
Pase adelante, equivocarse es una opción y levantarse LA opción, que aquí la libertad que tenemos es la de aprender a vivir.