Las cosas no son siempre como una quiere, tal vez soñaba con una cosa pero pasa otra o de la forma más ilógica dejé de creer cuando todo era posible. Pues sí, las cosas no son siempre como parecen y el noventa y nueve por ciento de las veces no pasan como se planearon, es por eso que no hay convicción por el futuro certero, así que solo tenemos fe. ¿A qué vienen todo esto? A ver, he pasado últimamente días no planeado, en los que solo me despierto y me dedico a vivir, mi tiempo no se organiza del todo, pero definitivamente le agradezco a Dios porque todo sale bien, disfruto cada momento y tengo casi dos semanas de reír más de lo que reía hace un tiempo. Mi situación no tiene ni pies ni cabeza, no se donde estoy realmente, así que me dedico solo a caminar. Estando más tranquila, puedo hablar, escuchar y conversar, entrar en una serie de diálogos con personas que nunca pensé llegar a establecerlos y con la extraña habilidad de dejar las cosas por mis prioridades. ¿Resolver? no es solo mi
Pase adelante, equivocarse es una opción y levantarse LA opción, que aquí la libertad que tenemos es la de aprender a vivir.