Aunque me salga un poco de la línea anterior del blog, al final de cuentas este espacio se trata de la libertad y sobre todo de aprender.
Hay algo que amo y es poder enseñar al mundo lo que conozco. Una manera magnífica de enseñar, para mí es el periodismo.
Podré tener un año practicándolo casi de manera empírica, porque dos cursos de la carrera no me dan el título, aún así conozco a muy pocos que les apasiona tanto como a mí.
Cuando se tiene la oportunidad de escribir una nota, donde cada palabra bien empleada podrá ayudar a alguien más o por lo menos sacará a algunos de la ignorancia que les provoca vivir en una burbuja, eso en serio vale la pena.
Sí, tal vez no ganaré millones, pero por lo menos no me quedé callada. Aclaro que hay momentos en los cuales un periodista debe callar sus afinidades solo para lograr la difícil objetividad que requiere una información.
Durante mi año trabajando en la radio, me he topado muchas personas que me dicen: "gracias, necesitaba decirlo, pero nadie me escuchaba". Ahí es donde sé que el poder en mis manos debe servir para darle voz a aquellos que no tienen los medios para hacerlo.
Valoro mucho el periodismo y las herramientas que da, pero si uno no se cuida, estas tienen a facultad de convertirse en armas que dañan la sociedad. Un profesional es de vocación, cuida con el alma lo que le apasiona y sobre todo guarda su posición en todo momento.
Hace unos días una estudiante de periodismo me comentó: "tal vez ahora no soy periodista, pero algún día quiero ser de las mejores y dedo cuidar mi imagen desde ya". En el momento me pareció precipitado, hoy comprendí que debo ser una profesional desde ya.
Para los que creen que cualquier persona puede llamarse periodista, creo que no. Solo aquel que está dispuesto a dejar el protagonismo por darle espacio a quienes lo requieren, el que investiga antes de hablar y el que respeta el poder las palabras, puede tomar el riesgo que conlleva ser un comunicador.
Riesgo que vale la pena.
Hay algo que amo y es poder enseñar al mundo lo que conozco. Una manera magnífica de enseñar, para mí es el periodismo.
Podré tener un año practicándolo casi de manera empírica, porque dos cursos de la carrera no me dan el título, aún así conozco a muy pocos que les apasiona tanto como a mí.
Cuando se tiene la oportunidad de escribir una nota, donde cada palabra bien empleada podrá ayudar a alguien más o por lo menos sacará a algunos de la ignorancia que les provoca vivir en una burbuja, eso en serio vale la pena.
Sí, tal vez no ganaré millones, pero por lo menos no me quedé callada. Aclaro que hay momentos en los cuales un periodista debe callar sus afinidades solo para lograr la difícil objetividad que requiere una información.
Durante mi año trabajando en la radio, me he topado muchas personas que me dicen: "gracias, necesitaba decirlo, pero nadie me escuchaba". Ahí es donde sé que el poder en mis manos debe servir para darle voz a aquellos que no tienen los medios para hacerlo.
Valoro mucho el periodismo y las herramientas que da, pero si uno no se cuida, estas tienen a facultad de convertirse en armas que dañan la sociedad. Un profesional es de vocación, cuida con el alma lo que le apasiona y sobre todo guarda su posición en todo momento.
Hace unos días una estudiante de periodismo me comentó: "tal vez ahora no soy periodista, pero algún día quiero ser de las mejores y dedo cuidar mi imagen desde ya". En el momento me pareció precipitado, hoy comprendí que debo ser una profesional desde ya.
Para los que creen que cualquier persona puede llamarse periodista, creo que no. Solo aquel que está dispuesto a dejar el protagonismo por darle espacio a quienes lo requieren, el que investiga antes de hablar y el que respeta el poder las palabras, puede tomar el riesgo que conlleva ser un comunicador.
Riesgo que vale la pena.
Comentarios
Kbermo dice que el periodista debe ser intermediario entre el público y la información, nunca protagonista. Pero hay quienes replican que el periodista es también una persona y tiene su posición que el espectador debe conocer para saber el por qué de un enfoque u otro.
Yo lo que creo es que se puede ser objetivo, pero dejando de ser persona; si usted no quiere dejar de ser persona, sólo tenga cuidado de que su opinión no sea la base de su nota.