Hace unos 30 años atrás, un grupo de padres en el mundo entendió que si tendrían hijas debían criarlas con los poderes necesarios para enfrentar el mundo que muy probablemente vendría.
De su buena intención, se formaron mujeres con la capacidad de cumplir lo que ellas quisieran construir, con las habilidades para levantarse ya que les enseñaron que caer estaba bien y que quebrarse era parte de la vida.
Todo muy bien, hasta que les tocó salir a la sociedad, una que no lograba asimilar que el ser inferior tuviese superpoderes.
Aún así, éramos más y más a las que se nos otorgaban esas habilidades, las que veíamos una meta en el fondo y sabíamos que sólo se debíamos mapear el camino para seguir.
Ante la multiplicidad de seres diferentes, la sociedad encontró una sola respuesta: asumir que eso pasaba, pero entendiendo que si existían les robarían la vulnerabilidad; años atrás les había funcionado con el hombre prohibiéndole sentir ¿por qué esta vez no funcionaría igual?
De esta manera cada vez que una mujer "fuerte" llora, pide ayuda o tiene miedo es fácil escuchar una burla, vivir una omisión o la frase "una mujer como usted no debería temerle a nada".
Unas cuantas decidieron que los poderes no eran tan valiosos para ellas como su derecho a sentir y ser protegidas. No se imaginan cuantas veces las veo, envidiando ese permiso que tienen de ser vulnerables sin ser juzgadas.
Quisiera caer y no tener miedo a que otro me levante porque sólo yo sé como hacerlo (la experiencia es mucha), o llorar sin que me digan que una mujer como yo es muy fuerte, o estar enferma y no tener que levantarme por las cosas (gracias a Dios yo vivo aún con mis padres, pero este escrito no es sólo por mí, es por las muchas que también quieren esto y viven solas).
Necesito poder ser vulnerable a pesar de tener poderes, necesito protección a pesar de tener la facultad de cuidar. Que esté consciente del camino y tenga la habilidad de ver todos los futuros posibles, no significa que el miedo se elimine.
Y ya que las sociedades no tiene esa característica de cambio a corto plazo, somos muchas las que buscamos desarrollar una nueva mutación: la vulnerabilidad.
De su buena intención, se formaron mujeres con la capacidad de cumplir lo que ellas quisieran construir, con las habilidades para levantarse ya que les enseñaron que caer estaba bien y que quebrarse era parte de la vida.
Todo muy bien, hasta que les tocó salir a la sociedad, una que no lograba asimilar que el ser inferior tuviese superpoderes.
Aún así, éramos más y más a las que se nos otorgaban esas habilidades, las que veíamos una meta en el fondo y sabíamos que sólo se debíamos mapear el camino para seguir.
Ante la multiplicidad de seres diferentes, la sociedad encontró una sola respuesta: asumir que eso pasaba, pero entendiendo que si existían les robarían la vulnerabilidad; años atrás les había funcionado con el hombre prohibiéndole sentir ¿por qué esta vez no funcionaría igual?
De esta manera cada vez que una mujer "fuerte" llora, pide ayuda o tiene miedo es fácil escuchar una burla, vivir una omisión o la frase "una mujer como usted no debería temerle a nada".
Unas cuantas decidieron que los poderes no eran tan valiosos para ellas como su derecho a sentir y ser protegidas. No se imaginan cuantas veces las veo, envidiando ese permiso que tienen de ser vulnerables sin ser juzgadas.
Quisiera caer y no tener miedo a que otro me levante porque sólo yo sé como hacerlo (la experiencia es mucha), o llorar sin que me digan que una mujer como yo es muy fuerte, o estar enferma y no tener que levantarme por las cosas (gracias a Dios yo vivo aún con mis padres, pero este escrito no es sólo por mí, es por las muchas que también quieren esto y viven solas).
Necesito poder ser vulnerable a pesar de tener poderes, necesito protección a pesar de tener la facultad de cuidar. Que esté consciente del camino y tenga la habilidad de ver todos los futuros posibles, no significa que el miedo se elimine.
Y ya que las sociedades no tiene esa característica de cambio a corto plazo, somos muchas las que buscamos desarrollar una nueva mutación: la vulnerabilidad.
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