La Universidad de Costa Rica desde su inicio, nombrada por los padres de la educación nombraron a la universidad como el ente que pretende:
"Capacitar a los estudiantes para pensar provechosamente por sí mismos, para preocuparse por la búsqueda de la verdad, de la justicia y la belleza y para ejercitar juiciosamente sus derechos como miembros de la democracia costarricense" (Varios autores;1858:86)
Desde que entré a la U he adquirido diversas capacidades como decir lo que pienso, el respeto a las diversidad, a tener amigos y amigas que sus pensamientos no combinarían con los míos, a creer en un cambio, a tolerar, a saber que no solo yo tengo la razón, a que mis derechos terminan donde empiezan los de mi semejante, que todos y todas tenemos la libertad de ser quienes somos.
La autonomía de la UCR me ha dado la libertad de pensar, de libre tránsito, de derechos que afuera se perdieron por la ambición.
Ayer no estuve en el momento, pero como periodista aprendía a correr por ver que pasaba y llegué a escuchar a mis compañeros estudiantes, hablé con los activista, sin estar en el instante vi en riesgo la libertad que allí poseemos.
A personas que nada hacían, que solo pasaban se les agredió, en una hora imprudente de aglomeración de estudiantes, a los y las que defendieron su y mi libertad se les calló por medio de la brutalidad y la tiranía de aquellos que horas después alegan que su labor es dañar.
Para los y las estudiantes que están criticando a sus compañeros y compañeras les pregunto ¿si le hubiesen golpeado por error no diría eso? ¿si le hubiesen insultado y golpeado se quedaría sentado viendo lo que pasa?...
Para muchos y muchas es el único lugar donde puede decir lo que piensa, lo que cree y lo que se está mal. Donde las personas con discapacidad han encontrado una superación segura y equitativa, donde hombres y mujeres podemos estudiar las mismas carreras, donde la posibilidad económica no es limitante absoluta, donde la diversidad sexual tienen una libertad diferente que permite ser quien se quiere ser, donde puedo creer en el dios que quiera creer donde pensar es un requisito para vivir allí.
Yo paso mis días y mis horas ahí, es mi hogar también y claramente no solo yo paso más de doce horas estudiando en esta institución, por eso se que debo defender el lugar que me permite soñar en un futuro siendo lo que quiero ser.
Yo si creo en defender el lugar que me da libertad de ser yo misma sin críticas ni perjuicios, en el lugar base de los pensamientos que fuera de las agujas que guardan su entrada, olvidaron sus ex estudiantes... si no los olvidaran cambiaría la sociedad que tanto tememos formar.
Por esto y más, esta vez los derechos deben ser defendidos con dignidad.
Comentarios