Los personas vivimos en un mundo lleno de caminos sin conocer. Llega un momento donde sin planearlo nos encontramos a una persona en el camino, los dos deciden caminar de la mano después de haber caminado distintos pasos.
De repente una de las dos personas cae en arena movediza, y de forma desesperada lucha, ya no solo por salvar su vida si no para llegar nuevamente con la persona que acompaña su camino.
Como es bien conocido, en la arena movediza es necesario no luchar, mantener la calma y ver a su alrededor.En ese momento la desesperación es grande, se quiere llegar hacia aquella persona pero en la lucha no se logra alcanzar.
Por otra parte, la otra persona esta extendiendo su mano, haciendo todas las señales posibles para salvar a quien está perdiendo, pone todas sus fuerzas y aún así no logra la atención de la persona.
Hay momentos donde caemos en arenas movedizas, pero cuando hemos escogido alguien para caminar en esta mundo, lleno de retos y dificultades, pero a la vez lleno de alegrías y maravillas; hay que respirar y confiar en que todo va a salir bien y no estamos solos.
Ahora, que pasa si en ese intento de salvar a quien está dentro se logra, pero si por el cansancio provoca que quien estaba afuera caiga por un resbalón a la arena.
En ese momento ¿hay diferencia?. Pues sí, ahora quien está dentro sabe que hay alguien afuera esperándolo. Pero hay temor y eso provoca que empiece a luchar, hay un cambio de papeles.
Quien está afuera comprende totalmente el miedo que se siente estar a dentro... Entonces, las dos personas empiezan a luchar nuevamente en espacios distintos.
¿Ilógico? No tanto, los seres humanos tendemos a hacerlo.
¿Se logran comunicar esta segunda vez? Cuando uno de los dos recuerda y hace escuchar al otro, es fácil revivir en el corazón lo vivido.
Ahí, solo ahí es donde se logra alcanzar el propósito de llegar a la persona que anhelamos. Ahí es donde se toman de las manos y se lucha esta vez por no cometer nuevamente el error anterior que retrasó su encuentro.
Sí, los dos están llenos de barro, cansados y sin saber que les espera el resto del camino. Pero ¿y qué? se lograron tomar de las manos y caminar.
¿Cuánto dure el camino? Solo Dios dirá...
De repente una de las dos personas cae en arena movediza, y de forma desesperada lucha, ya no solo por salvar su vida si no para llegar nuevamente con la persona que acompaña su camino.
Como es bien conocido, en la arena movediza es necesario no luchar, mantener la calma y ver a su alrededor.En ese momento la desesperación es grande, se quiere llegar hacia aquella persona pero en la lucha no se logra alcanzar.
Por otra parte, la otra persona esta extendiendo su mano, haciendo todas las señales posibles para salvar a quien está perdiendo, pone todas sus fuerzas y aún así no logra la atención de la persona.
Hay momentos donde caemos en arenas movedizas, pero cuando hemos escogido alguien para caminar en esta mundo, lleno de retos y dificultades, pero a la vez lleno de alegrías y maravillas; hay que respirar y confiar en que todo va a salir bien y no estamos solos.
Ahora, que pasa si en ese intento de salvar a quien está dentro se logra, pero si por el cansancio provoca que quien estaba afuera caiga por un resbalón a la arena.
En ese momento ¿hay diferencia?. Pues sí, ahora quien está dentro sabe que hay alguien afuera esperándolo. Pero hay temor y eso provoca que empiece a luchar, hay un cambio de papeles.
Quien está afuera comprende totalmente el miedo que se siente estar a dentro... Entonces, las dos personas empiezan a luchar nuevamente en espacios distintos.
¿Ilógico? No tanto, los seres humanos tendemos a hacerlo.
¿Se logran comunicar esta segunda vez? Cuando uno de los dos recuerda y hace escuchar al otro, es fácil revivir en el corazón lo vivido.
Ahí, solo ahí es donde se logra alcanzar el propósito de llegar a la persona que anhelamos. Ahí es donde se toman de las manos y se lucha esta vez por no cometer nuevamente el error anterior que retrasó su encuentro.
Sí, los dos están llenos de barro, cansados y sin saber que les espera el resto del camino. Pero ¿y qué? se lograron tomar de las manos y caminar.
¿Cuánto dure el camino? Solo Dios dirá...
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